“No volverás a mirar tu reloj, ese objeto inservible que mide falsamente un tiempo acordado a la vanidad humana, esas manecillas que marcan tediosamente las largas horas inventadas para engañar el verdadero tiempo, el tiempo que corre con la velocidad insultante, mortal, que ningún reloj puede medir. Una vida, un siglo, cincuenta años: ya no te será posible imaginar esas medidas mentirosas, ya no te será posible tomar entre las manos ese polvo sin cuerpo.”
Carlos Fuentes
Aura, 1962
Una fuerte atracción por los relojes da origen a Kronos Anticuarios.
No recordamos en qué momento llegó a nuestras manos el primer reloj de la colección, porque, antes de ser anticuarios, fuimos coleccionistas.
La colección llegó a ser casi una obsesión, sólo en relojes de bolsillo había más de mil 200 piezas, sin contar de pulso, escritorio, péndulo y pared. ¿Lo puedes imaginar? Nosotros sí, únicamente porque lo vivimos.
Cada reloj tiene vida propia, el latir de su maquinaria es diferente. Algunos se escuchan acelerados y ruidosos; mientras que otros tienen un ritmo pausado, o son discretos y algunos parecen ya cansados… Unos buscan que los escuches; otros simplemente te acompañan.
Marcas como Hamilton, Elgin, Omega, Vacheron, Haste, Longines, Eterna, Internacional Watch Company, Patek Philippe, Enicar, Universal, Zenith, Girard Perregaux, Ulyses Nardin, Glassüthe y un largo etcétera componían esa colección. Con los relojes fueron llegando otras cosas, como leontinas, leopoldinas y llaves.
Hasta esta parte de la historia, éramos felices.
Pero como toda historia se tiene que complicar, con la llegada de una crisis económica fue necesario vender algunas piezas. La idea era sólo sacar las menos importantes, las que no acababan de llenarnos los ojos, las que se parecían o las que se podía reponer fácilmente. Sin duda, fue triste y dolorosa la partida de cada reloj.
Y, sin pensarlo mucho, así como se iban llegaban otros… Sin darnos cuenta, comenzaron a aparecer otras cosas, nuevas historias con la forma de sillas, utensilios de cocina, joyería, tapetes, juguetes, medallas militares y mil objetos más.
Junto con los objetos, llegan sus historias y clientes que a lo largo de estos años nos han acompañado en esta aventura. Muchos de los objetos se fueron, algunos, después de un tiempo, regresan, pero lo que es más importante para nosotros es que muchos clientes se han convertido en amigos.
Hoy, Kronos es un negocio que nos permite intercambiar historias. ¿Cuándo vienes a intercambiar alguna con nosotros?
